19 enero, 2024 - Infonews

El lado bueno de no hacer nada según la neurociencia

Estar absorto, ensimismado o simplemente soñar despierto tiene ahora una nueva definición científica: es un impulso para aumentar la productividad y la creatividad. Aunque a primera vista, mirar al infinito sin hacer nada puede parecer contradictorio con la productividad, la ciencia sugiere que este acto abre un nuevo espacio en el cerebro para asentar conocimientos o combinar elementos abstractos que se traducen en ideas creativas.

Contrariamente a las expectativas, las pausas mentales en forma de soñar despierto, técnicamente conocido como «Estado de vigilia tranquila», activan áreas del cerebro vinculadas a la generación de ideas y al aprendizaje de nuevos conceptos. Por lo tanto, se recomienda concederse, de vez en cuando, el lujo de apartar la mirada de la pantalla y desconectar del mundo sin hacer nada.

El descanso consciente, también llamado soñar despierto, es un estado relajado de conciencia ambiental que facilita el procesamiento de pensamientos complejos mientras se está despierto y en reposo. Equiparable a poner el modo avión en un teléfono móvil, este estado permite que la mente esté consciente, pero desaparezca el entorno, dando paso a pensamientos más abstractos y creativos. Algunas personas alcanzan fácilmente este estado, mientras que otras lo logran realizando tareas simples y repetitivas, como fregar platos o limpiar, donde a menudo surgen ideas brillantes. Según Bill Gates, una de sus actividades favoritas para entrar en este estado mental es fregar los platos, respaldado por la ciencia que confirma que no hacer nada refuerza la memoria.

La ciencia ha demostrado que el estrés perjudica la recuperación de la memoria a largo plazo, y un remedio para contrarrestar esta pérdida es permitir que el cerebro tome un respiro de vez en cuando. Un estudio con ratones reveló que soñar despiertos activa diferentes patrones neuronales y estimula el hipocampo, el área responsable de la memoria y el aprendizaje. Estos hallazgos destacan la importancia de incorporar tiempo de desconexión para que el cerebro consolide conocimientos y asimile nueva información, potenciando así la eficiencia y la productividad al regresar a la actividad.

Dejar que las ideas fluyan y adoptar un estado de ensoñación consciente es un fenómeno que ha sido respaldado por la ciencia. La inspiración para la Teoría de la relatividad de Albert Einstein, por ejemplo, surgió mientras soñaba despierto a los 16 años. Estudios recientes indican que el estado mental durante el ensoñamiento consciente es similar al adoptado durante procesos creativos, lo que explica la generación de ideas novedosas y creativas mediante la combinación de elementos y conocimientos abstractos.

El beneficio de alcanzar este estado mental va más allá de la creatividad, ya que también se asocia con la resolución de problemas. Investigaciones han demostrado que aquellos que dedican tiempo a soñar despiertos antes de abordar la resolución de un problema exhiben una mayor capacidad y creatividad en la solución. Las resonancias magnéticas cerebrales revelan que diversas regiones cerebrales, incluida la red ejecutiva relacionada con la resolución de problemas complejos, están activas durante este proceso.

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