Los rescatistas están en una carrera contra el tiempo, en condiciones muy adversas, para rescatar a sobrevivientes del devastador sismo que golpeó el día de Año Nuevo el centro del país.
El miércoles, los equipos de rescate en Japón se enfrentaron a condiciones adversas, con lluvias torrenciales, carreteras bloqueadas y réplicas del fuerte terremoto que dejó al menos 73 muertos y a decenas de miles sin electricidad ni agua corriente.
En la prefectura de Ishikawa, en la isla principal de Honshu, las sirenas sonaron mientras los vehículos de emergencia luchaban por abrirse paso en carreteras bloqueadas por rocas y árboles caídos. En la península de Noto, varios edificios fueron consumidos por el fuego y casas quedaron destruidas, aumentando el temor de un saldo de víctimas mayor mientras los trabajadores buscaban entre escombros bajo el mal tiempo y réplicas del sismo. Más de 31,800 personas se refugiaban en centros de emergencia.
La Agencia Meteorológica Japonesa emitió una alerta de fuertes lluvias para Noto, intensificando la urgencia de los operativos. «Estén atentos a deslizamientos hasta la noche del miércoles», advirtió la agencia.
En la ciudad costera de Suzu, el alcalde Masuhiro Izumiya describió la situación como catastrófica, con casi el 90% de las casas en el pueblo completamente destruidas.