Las compañías tecnológicas utilizan los datos personales de los usuarios para mejorar los sistemas de inteligencia artificial generativa, pero hay formas de eliminar esta información de sus repositorios.
Si alguna vez te has preguntado qué hace ChatGPT con los datos personales que compartes durante una conversación, su respuesta es clara: como modelo de lenguaje de OpenAI, asegura no tener la capacidad de procesar, almacenar ni utilizar información personal, a menos que se le proporcione durante una interacción individual. Sin embargo, la empresa propietaria, OpenAI, tiene la facultad de utilizar esa información según su política de privacidad.
La compañía puede emplear ciertos datos específicos, limitados a la cuenta de OpenAI, como nombre o información de tarjeta de pago, datos intercambiados con ChatGPT, interacciones en redes sociales y detalles proporcionados en encuestas o eventos. Estos datos permiten a la empresa mejorar productos y servicios, realizar investigaciones y cumplir con obligaciones legales, aunque siempre sujeto a las restricciones de privacidad.
Este dilema no es exclusivo de la inteligencia artificial generativa. La cotidianidad de enviar correos electrónicos o compartir documentos en servicios en la nube también implica compartir información con proveedores de servicios. Sin embargo, las empresas están limitadas en el uso de datos personales según el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), y violar estas normas puede resultar en sanciones significativas.
La inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, se nutre de grandes cantidades de datos, algunos personales, para generar contenido original. Aunque estas herramientas son ampliamente utilizadas, la precaución es crucial. La Agencia Española de Protección de Datos aconseja a los usuarios no compartir datos innecesarios, limitar la información personal expuesta y recordar que la información proporcionada por los chatbots puede ser inexacta.
Si ya has compartido datos personales con ChatGPT, existe la opción de intentar eliminarlos a través de un formulario en el sitio web de OpenAI. Sin embargo, la empresa advierte que la eliminación no está garantizada. La nueva ley europea de inteligencia artificial añade requisitos adicionales para las empresas que gestionan datos personales, asegurando la transparencia en el funcionamiento de algoritmos y la seguridad de los modelos de lenguaje.
A pesar de las medidas legales, la responsabilidad recae en los usuarios para ser discretos al interactuar con chatbots y aplicaciones de inteligencia artificial. La próxima fase para la inteligencia artificial podría incluir el desarrollo de repositorios personales, donde la información se mantenga aislada de la alimentación de la inteligencia artificial generativa universal. La evolución continúa, pero la precaución y la protección de la privacidad deben ser prioritarias.